Los bosques son ecosistemas arbóreos complejos que integran factores biológicos y bioclimáticos que permiten el desarrollo de numerosas formas de vida y que proveen bienes y servicios necesarios para la vida y el desarrollo de las civilizaciones, por lo tanto, conservan la diversidad biológica, aseguran flujos regulares de agua, contribuyen a la regulación hídrica y conservación de suelos, capturan y almacenan dióxido de carbono, lo que coadyuva considerablemente a mitigar el cambio climático.

Estos recursos tienen una alta importancia para nuestro país en el aspecto económico, social y ambiental, además de su importancia ecológica y científica; es por ello,  que nivel nacional  existen un conjunto de convenios internacionales que establecen los compromisos de los países para el aprovechamiento y la  conservación de los ecosistemas forestales dada su importancia en la conservación de especies de flora y fauna silvestre, en la regulación del ciclo hidrológico, en la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero y provisión de otros servicios ambientales; así como, en la protección de especies que en el futuro podrían brindar las materias primas para combatir enfermedades que aquejan a la humanidad.